Este proyecto se realizó de manera indirecta, pues no estaba en nuestra lista de proyectos inicial.
En este viaje, conocimos a la ONG “Youcanyole” (ellos se focalizan en la asistencia médica tanto itinerante como ambulatoria, realización de programas de desparasitación y de vacunación de aquellos colectivos de personas necesitadas, predominantemente en los países en vías de desarrollo). Con ellos, conocimos uno de los barrios periféricos de Nairobi llamado Kibera.
Kibera es un poblado chabolista en el que vive más de un millón y medio de personas. Allí conocimos a Hellen Mukabana, encargada de cuidar a más de veinte niños junto a varios compañeros. Les dan clase, de comer, e incluso les ofrecen un alojamiento a aquellos que son huérfanos.
La escuela-orfanato donde viven, es una chabola de unos 20 m2, construida con chapa. Carece de suelo y posee varios bancos y algo de material escolar. Cuando la visitamos, nos contaron cómo trataban a los niños y que los que se quedaban a dormir, lo hacían en el suelo sobre una colcha, para evitar el contacto con la fría tierra.
La historia nos conmovió y decidimos llevar allí todos los colchones que habíamos desechado del centro de salud, para que los niños pudieran descansar sobre material blando, por viejos que fueran.
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